lunes, 25 de abril de 2016

Opinión | Subiendo el puerto

Subiendo el puerto. Rafa Nadal ha demostrado que todavía sigue siendo un enorme tenista, y aún más sobre tierra batida


Nadal tras ganar el último punto de la final de Montecalo ante Monfils


Parece mentira, pero no, el 14 de febrero de 2016 -hace poco más de dos meses-, escribí un artículo de opinión titulado ''Cuesta abajo y sin frenos'', en el que decía frases como: ''Nadal y su decadencia profesional continúa [...] No fue como esperábamos, o al menos, su inicio de 2016 [...] Ya ni en tierra [...] Cada vez tengo más dudas sobre si podremos verle con un nivel cercano al que nos tenía acostumbrado [...]'' y terminé con una pregunta: ''¿volverá?'' La voy a responder ahora: (Parece ser que) Sí. Ese artículo del que hablo fue poco acertado producto de la derrota en primera ronda de Nadal ante Verdasco en Australia y de la de semifinales de un ATP 250 sobre tierra batida -esos a los que iba y siempre ganaba- ante Thiem. Quizá, lo escribí precipitadamente, ahora Nadal ha demostrado que este es el principio de la vuelta y no el del fin. Porque yo siempre he creído que se fue, pero no del todo. Fue un 2015 de desconexión. Eso sí, es obvio que no veremos al Rafa de 2005 o de 2013, pero si alguno cercano

Como cambia la cosa, hace poco más de dos meses escribía que Nadal iba cuesta abajo y sin frenos e incluso vaticiné una retirada en 2017. ''¡Qué locura!'', pensareis. Pues eso mismo pienso ahora, obviamente, cuando lo escribí yo veía a un Nadal apagado al que los resultados no le acompañaban. Se han producido cambios. Hemos visto a Nadal conquistar por 9ª vez el Masters Mil Montecarlo -su 2º Masters Mil en dos años y el 1er Montecarlo en 3 años- y conquistar por 9ª vez el ATP 500 de Barcelona. Mucha gente, entre las que me incluyo, veíamos a un Rafa sin más que decir sobre un pista de tenis y que su excelente carrera profesional de tenis estaba en el principio del fin y que no debería de estar manchando así una carrera deportiva de ensueño, ya que la gente solo vive el presente del deporte y parece que no recordaba lo que había hecho, en definitiva, que no tenía memoria deportiva.

Las cosas han cambiado. Nos da esperanza. Este inicio en la gira de tierra batida, ha sido inmejorable: título en Montecarlo y en Barcelona. De hecho, en Montecarlo derrotó a tenistas como Thiem, Wawrinka, Murray y Monfils, los tres primeros le habían vencido en sus últimos partidos y en tierra los tres. Y, en Barcelona, se desquitó ante Fabio Fognini un año después (ganándole 6-2 7-6), lo derrotó en el mismo sitio, el italiano venció al mallorquín por 6-4 7-6 en octavos del año pasado, dejándole muy tocado, además la victoria ante Fabio le metió en semifinales del Godó tras 3 años. Vaya venganza. Y el domingo derrotó a Nishikori para coronarse por novena vez en el Godó.




Hemos sido muy exigentes con un humano. Pero como nos tenía tan acostumbrados a ganar, pues en cuanto tuvo un bajón... pasó lo que pasó. Ha demostrado, que todavía es capaz de hacer mucho y que en esa superficie que tanta alegrías le ha dado; más. La tierra batida le esperaba con ansia, estaba deseando de que por encima suya Nadal empezara a golpear de drive (casi) como antaño, que se tirare en ella para festejar títulos y que dejara de dar una sensación de estar apagado. La tierra batida ya está contenta, y ahora quiere duelos espectaculares entre el 9 veces campeón de Roland Garros, Nadal, y el actual número 1 del mundo, Djokovic. Rafa lo vino avisando; decía que estaba trabajando duro, pero que aún no encontraba los resultados adecuados y que tenía que seguir entrenando. En definitiva, que necesitaba tiempo... y tanto... como han cambiado las cosas desde aquella derrota ante Thiem en Buenos Aires. Ha sido volver a la gira de polvo de ladrillo que tantas alegrías le ha dado a lo largo de su carrera, y conquistar títulos. Era lo que necesitaba. Vaya crack.

Este artículo de opinión no tiene nada que ver con aquel de hace unos dos meses, ya no es 'cuesta abajo y sin frenos', ahora he encontrado en el ciclismo un buen título para resumir el estado actual de Nadal: ''Subiendo el puerto'', porque el español está subiendo un puerto -que es un ascenso muy complicado- y puede que lo culmine en Roland Garros, aunque aún queda subida por delante. ¡Vamos, Rafa!







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