lunes, 30 de enero de 2017

OPINIÓN | Federer

Federer 


El título de este artículo no es muy original; pero lo que ocurrió ayer me ha dejado sin palabras. La final de este Australian Open 2017 entre los dos mejores, los que han marcado una época, con estilos totalmente diferentes, fue incalificable -por lo que el titular no da para más-. Bueno, tan sólo podríamos decir una palabra, y no es más que el apellido de un suizo de 35 años: Federer. Este deporte debería de pasar a llamarse: Tenis Federer

La dimensión, la magnitud, de lo sucedido ayer domingo en Melbourne sólo será evaluable con el paso de los años, cuando los dos que nos brindaron un espéctaculo inolvidable en la Rod Laver Arena estén retirados; sí, algún día colgarán la raqueta, aunque hoy en día parezcan eternos. 

La verdad es que tras ese drive de Federer que dio en la línea y que tuvimos que ver mediante el ojo de halcón (es inquietante, pero no un buen final para un duelo como ese) tuve que ir a ver el calendario para asegurarme de que estamos en el año 2017, porque durante más de 3 horas estuve en el 2007 o 2008. No me lo creía. Sinceramente, fue impresionante. Tengo que confesar que con el 3-1 arriba de Rafa Nadal en el quinto set ya dí por hecho que el balear iba a ganar; subestimé al suizo y eso con una leyenda es inadmisible. Con 2-3 abajo Federer hizo break y el siguiente juego -ya al saque- lo ganó de una manera espectacular, en un abrir y cerrar de ojos. Con el 5-3 y servicio para Federer, me temí lo peor: adiós al 15º Grand Slam de Nadal y veía venir lo mejor: el 18º Grand Slam de Roger. Ya lo dije en la previa de la final, pasara lo que pasara acabaría en tragedia. 


Revés de Federer

Nadie -o poca gente- podía imaginarse que Federer iba a conquistar ese ansiado 18º major. No ganaba uno desde aquel Wimbledon 2012 cuando tenía 31 años. Eso sí, lo que menos iba a imaginar era que el 18º -si es que podía convertirse en realidad; hasta ayer sólo era un sueño- iba a llegar en este Australian Open, cuando Federer llegaba de 6 meses sin competir y en un año en el que va a cumplir -en agosto- 36 años. Sencillamente: de locos. También, ha ocurrido lo mismo con Nadal: en Australia -su peor Slam históricamente, sólo lo ha podido ganar una vez- y tras 2 meses inactivo era impensable que iba a estar tan cerca del título. 

Ningún calificativo se ajusta a ese, valga la redundacia, incalificable quinto set. No hay palabras. Roger Federer le endosó un parcial de 5-0 a Rafael Nadal (del 1-3 al 6-3), a su bestia negra; con el que ha perdido 4 finales de Roland Garros, con el que tiene en contra el cara a cara y con claridad (12-23), con ese que le venció en la hierba de Londres en un fantástico partido en 2008, con ese que le bajó de los cielos, en definitiva, a ese tal Nadal que tantos quebraderos de cabeza le ha dado. ¿Tiene una mentalidad fuerte Federer? Creo que con lo dicho, no hace falta responder. Suya es la conclusión.

Su revés se merece un monumento. Ayer brilló en Melbourne y no se pareció a ese revés que tanto ha sufrido contra la magnífica derecha de Rafa. 

No hay nada más que decir, salvo una cosa: Federer. ¿Y ahora qué? 






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